jueves, 15 de julio de 2010

Un viaje en el 115

"Llegamos a destino, soñé que estaba soñando todo. Los ojos y las caras, soñé que estaba soñando todo y desperté en el sueño, de los que están soñando a un costado del camino"





Con la mochila llena de ilusiones
Unos cuantos desaciertos y tropiezos
Avanzo a tientas por las pasiones
en el pantano de mis pensamientos.

Respiro, profundo. Todo el aire de un sorbo.
Inflo el pecho, miro al frente.
Con la actitud necesaria, que no se si tengo.
Pero que va! ¿Cómo podría saberlo a ciencia cierta?

Sigo sin ver, entre la oscuridad.

Abro los ojos, Abro la boca.
Grito! Fuerte!
¿Dónde estoy?

Sigo sin ver, entre la oscuridad.

Y de pronto despierto, desorientado.
Acomodo el onírico rompecabezas a duras penas
Y pego un salto!, no puede ser.
Busco entre las ropas, y la encuentro.
Ahi está mi mochila, la abro.

No están mis cuadernos, no están mis lapiceras.
No está mi ropa, ni mi abrigo de más.
Sin embargo, sigue ahi, impoluta.
Y me reconforto al verla
Tan llena de ilusiones, preparada para otro viaje.

Interludio



En estado de pausa, detenido.
Con una guitarra, y unas tantas ideas sin materializar.
Prolongado interludio emocional con sonido de cuerdas.
Silencio, breve. reflexión.
¡Despierta! un acorde en quintas
El sonido estridente lo sacude.
¡Avanza! paso constante.
La música recorre, reanima, energiza.
Terapia de amor intensiva, en pleno desarrollo del desamor.
Con la soledad como única compañera.
Mira, se observa, piensa.
Consciente de todo y de nada.
La canción que sostiene todo, está sonando.
Señales musicales de que algo está por pasar.
Todo está por pasar.
Todo.
Compositor e intérprete.